Vacaciones laborales: por qué son clave para el bienestar y el desempeño
26 Diciembre 2025
Aunque las vacaciones son un derecho laboral reconocido en la mayoría de los países, en la práctica muchos colaboradores todavía sienten culpa, ansiedad o presión al momento de tomarlas. Lejos de ser un tema menor, esta resistencia a desconectar impacta directamente en el bienestar de las personas y en variables clave para las organizaciones, como la productividad, la creatividad y el compromiso.
Promover una cultura que valore el descanso no es solo una cuestión legal o de beneficios: es una decisión estratégica.
¿Cuántos días de vacaciones tienen los colaboradores en Latinoamérica?
Los días mínimos de descanso anual varían según el país y su marco normativo, así como también la forma en que efectivamente se utilizan:
- Perú: los trabajadores tienen derecho a 30 días calendario de descanso pagado por cada año completo de servicios.
- Brasil: la legislación laboral contempla 30 días de vacaciones anuales, que pueden fraccionarse en hasta tres períodos.
- Uruguay: los colaboradores cuentan con 20 días corridos de licencia anual remunerada.
- Chile: el feriado anual es de 15 días hábiles, a los que se suman feriados nacionales pagos que amplían el descanso total.
En términos generales, los países de la región reconocen entre 15 y 30 días de vacaciones pagadas por año. Sin embargo, el hecho de que exista el derecho no garantiza su uso: distintos estudios globales muestran que una parte significativa de los colaboradores no toma todos los días que le corresponden, aun cuando los tiene disponibles.
Descansar no es un lujo: es una necesidad
La evidencia es clara: el descanso cumple un rol central en la sostenibilidad del rendimiento laboral. Numerosos especialistas coinciden en que tomarse vacaciones de forma regular tiene efectos positivos tanto a nivel individual como organizacional.
“Unas vacaciones bien planificadas no solo son un derecho, sino una necesidad para mantener el equilibrio entre la vida personal y profesional.”
— Dra. Camila Mohor, psicóloga especializada en bienestar laboral.
Desde la reducción del estrés hasta la prevención del agotamiento crónico, las vacaciones ayudan a restaurar funciones cognitivas, mejorar el estado de ánimo y favorecer un regreso al trabajo con mayor foco y energía.
La energía como activo estratégico
En Pluxee entendemos el bienestar de los colaboradores como un activo estratégico para las empresas. Las vacaciones no solo permiten “desconectar”: habilitan nuevas perspectivas, impulsan la creatividad y mejoran la capacidad de resolver problemas.
Nuestra experiencia acompañando a organizaciones en Uruguay, Chile, Brasil y Perú muestra un patrón claro: las empresas que fomentan activamente el uso de vacaciones suelen registrar mejoras en el clima laboral, mayor satisfacción de los equipos y mejores indicadores operativos, como menor rotación, mayor retención de talento y menos ausentismo vinculado al estrés o al burnout.
Promover el descanso no es un gasto. Es una inversión que fortalece la cultura organizacional y mejora la experiencia del colaborador.

Cómo incentivar a los equipos a tomarse vacaciones
Generar una cultura que habilite el descanso requiere acciones concretas. Estos son algunos lineamientos clave que pueden marcar la diferencia:
1. Liderar con el ejemplo
Cuando las jefaturas toman vacaciones y desconectan de verdad, transmiten un mensaje claro: descansar está permitido y es valorado.
2. Planificar con anticipación y transparencia
Facilitar la planificación de las vacaciones permite que la organización se prepare y que las ausencias no se vivan como una sobrecarga para el resto del equipo.
3. Comunicar y educar de forma constante
Compartir información sobre los beneficios reales del descanso ayuda a reducir la culpa o el miedo asociado a “ausentarse”. La educación también es una herramienta de bienestar.
4. Garantizar la desconexión real
Promover prácticas como no responder correos fuera de horario o limitar accesos durante las vacaciones hace que el descanso sea efectivo. Cuanto más completa es la desconexión, mayor es su impacto positivo.
5. Ofrecer flexibilidad según las necesidades
No todas las personas descansan de la misma manera. Vacaciones fraccionadas, días adicionales por antigüedad o desempeño, o esquemas personalizados pueden facilitar que más colaboradores se animen a tomarse tiempo libre.
6. Sumar incentivos que acompañen el descanso
Algunas empresas incorporan “días de calidad de vida” adicionales o incentivos económicos para quienes toman varios días continuos de vacaciones, evitando la acumulación excesiva de licencias y promoviendo pausas reales.
El rol de los beneficios corporativos en la experiencia del colaborador
Además de las políticas de descanso, los beneficios corporativos juegan un papel clave en la experiencia integral del colaborador. Soluciones como Pluxee Alimentación, que acompaña el día a día y mejora el poder de compra, Pluxee Educación, que apoya a las familias en la compra de materiales escolares para la vuelta a clases, o Pluxee Navidad, una tarjeta pensada para que los colaboradores elijan libremente qué comprar y dónde durante las Fiestas, refuerzan el mensaje de cuidado y reconocimiento.
Estos beneficios no reemplazan a las vacaciones, pero sí contribuyen a una experiencia laboral más equilibrada, valorada y sostenible.
Conclusión
Las vacaciones son mucho más que un derecho legal. Son una herramienta concreta para mejorar el bienestar, la productividad y el compromiso de los equipos. En países como Uruguay, Chile, Brasil y Perú, donde los marcos normativos ya contemplan períodos significativos de descanso, las empresas tienen una oportunidad clara de dar un paso más.
Invertir en políticas que promuevan el uso efectivo de las vacaciones es una forma de cuidar a las personas y, al mismo tiempo, de fortalecer la salud organizacional. Porque una cultura que respeta el descanso es, también, una cultura que pone a sus colaboradores en el centro.
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